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Cuentos infantiles

La poesía renacentista en España

Literatura española del Renacimiento (siglo XVI)

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La poesía de este período se dividió en dos escuelas: la Salmantina (Fray Luis de León) y la Sevillana (Fernando de Herrera).

  • La Escuela Salmantina, tiene como rasgos distintivos:
    • Concisión en el lenguaje;
    • Llaneza en la expresión;
    • Realismo en el pensamiento;
    • Preferencia por la estrofa corta;
    • La naturalidad y la sencillez.
  • La Escuela Sevillana, en cambio, es:
    • Grandilocuente;
    • Pule en extremo la forma;
    • Su obra es más de meditación que de sentimiento, más de documentación que de observación de la naturaleza y de la vida;
    • Prefiere la estrofa larga y la composición extensa
    • Usa abundantemente los adjetivos y el ornato retórico.

No obstante, esta escuela sirvió de base inmediata y de puente necesario para enlazar con los movimientos poéticos que en el siglo XVII se englobaron bajo la denominación general de Barroco.

 

Orígenes

La lírica renacentista se origina a partir de la tradición, que perpetúa temas y formas de la lírica medieval. Esta tradición se compone tanto de la lírica tradicional, oral y popular (villancicos, canciones de amor...) y la lírica no-escrita que transmitía el romancero, como la lírica culta (de autores como Juan de Mena o el Marqués de Santillana) y la lírica cortesana de raíz trovadoresca recogida en los cancioneros, el más famoso de los cuales fue el de Hernando de Acuña.

Esta poesía tradicional está ligada al empleo del verso corto, especialmente el octosílabo.

La corriente innovadora de raíz petrarquista y, por tanto, italianizante, que madurará gracias a Boscán y a Garcilaso. Esta corriente bebe en realidad de las mismas fuentes que la anterior: la lírica provenzal. Manejan por tanto una misma concepción del amor como servicio que dignifica al enamorado.

Características

En cuanto a la métrica utilizada, se adoptan versos (endecasílabo y heptasílabo), la rima utilizada es consonante ya que a partir de la última vocal acentuada, todos los sonidos coinciden. Las estrofas (lira, silva, octava real, tercetos encadenados, soneto) procedentes de Italia.

Asimismo, aparecen géneros característicos como la égloga (los protagonistas son pastores idealizados), la oda (para asuntos graves) o la epístola (poema en forma de carta).

La lengua en esta época está dominada por la naturalidad y la sencillez, huyendo de la afectación, del amaneramiento y de la frase rebuscada. Así el léxico y la sintaxis serán sencillos.

Los temas preferidos por la poesía renacentista son, fundamentalmente, el amor, concebido desde el punto de vista platónico; la naturaleza, como algo idílico (bucolismo); la mitología, utilizada como tema central o como ornamento para un asunto amoroso y la belleza femenina, siguiendo siempre un mismo ideal clásico.

En relación con estos temas mencionados, existen varios tópicos renacentistas, tomados del mundo clásico algunos de ellos:

  • El Carpe Diem, cuya traducción sería "atrapa el día" o "aprovecha el momento". Con él se aconseja el disfrute de la vida antes de la llegada de la vejez.
  • La Descriptio puellae, descripción de la belleza ideal de la mujer.
  • El Beatus Ille o alabanza de la vida del campo, apartado de lo material, frente a la vida de la ciudad, con sus peligros e intrigas.
  • El Locus amoenus o descripción de una naturaleza perfecta e idílica.
  • La Aurea mediocritas, gusto y satisfacción por lo sencillo, lo que se posee... frente al deseo desmesurado de riquezas

Imitación y originalidad en la poética renacentista

El poeta renacentista se servía de los modelos de la Naturaleza, sobre esta base no ponía en duda la necesidad de imitar pues estos procedimientos se justificaban por proceder no de la reproducción de modelos, sino que del mismo espíritu que ha recogido otros pensamientos y se ha nutrido de ellos. Si lo ajeno, forzosamente disperso al ser múltiple, se vértebra y refunde en un organismo único, y si en este resplandece el espíritu del escritor, nadie podrá negarle el dictado de original.

Dentro del esfuerzo por establecer influencias, traducciones o adaptaciones, hay un componente de autocomplacencia ya que daba prestigio a quien las descubría. Esas rudezas eran en su mayor parte un rastreo que significó una pugna entre antiguos y modernos, para exhibir la propia cultura. El escritor de esa época asume la imitación como centro de su actividad. La originalidad absoluta constituye un ideal remoto que no se niega, pero no se postula exigentemente, porque es un privilegio concedido a poquísimos, y existe además la posibilidad de alcanzarla con el medio imitativo. En la imitación se debe acudir a varias fuentes que deben trasformarse y reducirse a unidad, es decir, convertirse al sentimiento personal que permite obtener el resultado patentemente original (no es la expresión pura del sentimiento, antes es un rodeo la memoria lectora).

 

Poesía amorosa

En la poesía lírica de la primera mitad del siglo XVI, la crítica reconoce varias corrientes paralelas que confluyen en dos grandes líneas.

  • Tradicional: que perpetúa los temas y formas procedentes de la tradición medieval. Recoge tanto la lírica tradicional (villancicos, cancioncillas de amor, textos romanceriles, etc.) como las de la poesía de cancionero del siglo XV en su vertiente amorosa y didáctica moral. Ligada al uso de metros cortos, especialmente el verso octosílabo.
  • Italianizante: más innovadora, introduce en España modelos poéticos de inspiración petrarquista vigentes en la Italia del Renacimiento. Refleja el desarrollo de las innovaciones de Juan Boscán y Garcilaso, según el patrón de la lírica culta italiana de su tiempo. Ligada al empleo del endecasílabo, soneto y de diversas formas estróficas derivadas de la canción petrarquista.

Los estudios de José Manuel Blecua y Rafael Lapesa demuestran la improcedencia de toda rígida dicotomía entre las dos corrientes ya que ambos descienden de una fuente común de la poesía provenzal. En la lírica española existía ya un clima “petrarquista” procedente del fondo trovadoresco que los poetas del dolce stil nuovo habían recogido en Italia. El surgimiento de la lírica italianizante tiene un fecha clave, en 1526 Navagero insta a Juan Boscán a probar en lengua castellana sonetos y otras trovas usadas por los buenos poetas de Italia. A su vez en Italia el entusiasmo por las letras grecolatinas repercute en el resurgimiento del bucolismo, junto al sueño pastoril de la Edad de Oro y otros mitos clásicos que pudieran servir para la comunicación del sentimiento amoroso.

Garcilaso de la Vega (1501-1536)

Garcilaso de la Vega (1501-1536) [+ vida y obra] cortesano y soldado de la época del emperador Carlos V. Es prácticamente imposible rehacer su vida externa sin detalles autobiográficos inspirados en mayor parte por la portuguesa Isabel Freire, pasando primero por los celos de su boda, y después por el dolor de su muerte. La poesía garcilasiana se vincula con tres nombres principales: Virgilio, Petrarca y Sannazaro (de Virgilio rescata la expresión del sentimiento, de Petrarca, la métrica y la indagación en los estados de ánimo y de Sannazaro, su nivel artístico).

Se destacó por la riqueza expresiva de sus versos ejemplificados por Dámaso Alonso en la égloga II, perfecta imbricación de recursos técnicos para acercar al lector a la comprensión en plenitud del lenguaje poético. Hay tres motivos esenciales: la dulzura, la tristeza y la gravedad. Parker destacó su simetría, y Clarke su perspectiva psicológica, etc.

La materia poética de Garcilaso está constituida por las vivencias de un espíritu agitado entre impulsos contradictorios, sumido en la conformidad o refugiado en sueños de hermosura. Pero estos estados del alma se han encontrado con moldes propios de la tradición literaria, que han actuado sobre el contenido sentimental y sobre la expresión, intensificándolos o filtrándolos.

Garcilaso comienza a preocuparse de la belleza del mundo exterior, de la hermosura femenina, después del paisaje. Pero nunca desaparecen rasgos hispánicos característicos como la gravedad y la digna contención, o la voluntad de perderse. Están presentes elementos del dolce stil nuovo, que le impulsan a idealizar el amor presentándolo como estímulo de la espiritualidad.


Cristóbal de Castillejo (1490-1550)

Cristóbal de Castillejo (Ciudad Rodrigo, 1490 - Viena, 1550) fue el máximo representante en la primera fase del Renacimiento español de la reacción tradicionalista frente a la adaptación de los metros italianos que llevaron a cabo Garcilaso de la Vega, Juan Boscán y Diego Hurtado de Mendoza.

A los quince años fue llevado a la Corte de Fernando el Católico, donde sirvió como paje al archiduque Fernando de Habsburgo, nieto segundo del rey y hermano del emperador. En este periodo profesó como cisterciense en el convento de San Martín de Valdeiglesias. En 1525 dejó su retiro para encargarse de la secretaría de su antiguo señor, quien en 1526 se convertiría en rey de Hungría, al año siguiente en rey de Bohemia, y quien en 1531 accedería a la corona alemana con el título de rey de romanos como lugarteniente de su hermano imperial. Viajó por toda Europa. En Viena, aunque monje, llevó una vida disoluta y tuvo amoríos y un hijo natural, y pasó por dificultades económicas, ya que malgastó todos los beneficios y prebendas que sus cargos le proporcionaban. Se enamoró de una joven dama alemana, Ana de Schaumburg, quien lo dejó por un noble bohemio, si bien anduvo al parecer también tras una tal Ana de Aragón; perdió al cabo las esperanzas de regresar alguna vez a España, como cuenta evocando un famoso romance: "Tiempo es ya, Castillejo, / tiempo es de andar aquí". Desengañado, se retiró a un convento vienés donde murió. Está enterrado en Wiener Neustadt, cerca de la ciudad.

Destaca la figura de Cristóbal de Castillejo dentro de la llamada línea tradicional. De él se han tomado muy rígidamente sus poemas amorosos, ajustados a los tópicos del amor cortés, y sus sátiras. Ha sido percibido como un espíritu imbuido del ideal erasmista y dotado de una superioridad moral por encima de la bajeza cortesana. En su obra hay mezcla de jocosidad y moralismo. Estuvo en contra de la escuela italianizante, por estar encabezando la defensa de la lengua nacional del nuevo imperio, quien postulaba que esta lengua superaría y revitalizaría la insustancialidad y amaneramiento de las coplas castellanas de su tiempo, ya alejadas de los modelos anteriores. Este vitalismo suponía la incorporación de elementos folclóricos y tradicionales, la tendencia populista erasmista del refrán y del coloquio y el nacionalismo lingüístico literario.

Juan Boscán (1493-1542)

Juan Boscán Almogaver (o Joan Boscà i Almogàver, Barcelona, 1493 - Perpiñán, 1542) destacó como poeta y traductor del Renacimiento. De origen catalán, su obra redactó su obra fundamentalmente en lengua castellana.

Proveniente de familia noble, recibió una excelente formación humanística y sirvió en la Corte de los Reyes Católicos y después en la del emperador Carlos I de España. Fue preceptor del Duque de Alba. En la Corte conoció a otro gran poeta amigo suyo, don Diego Hurtado de Mendoza; éste le dirigió la famosa Epístola a Boscán. El caballero catalán se casó con una culta dama valenciana, doña Ana Girón Rebolledo. Viajó a Italia como embajador español. Allí encontró al caballero toledano Garcilaso de la Vega, con quien entabló una gran amistad; seguramente al aprecio que Boscán sentía por la obra del poeta valenciano Ausiàs March se deben las reminiscencias de éste que hay en algunas de las composiciones del poeta manchego.

Boscán, que había cultivado con anterioridad la conceptuosa y cortesana lírica cancioneril, introdujo el verso endecasílabo y las estrofas italianas (soneto, octava real, terceto encadenado, canción en estancias), así como el poema en endecasílabos blancos y los motivos y estructuras del Petrarquismo en la poesía castellana. Se persuadió de ello en una conversación con su amigo, el embajador veneciano y humanista Andrea Navagiero, en los jardines del Generalife, en Granada, como contó él mismo, ya que éste le animó a intentar esa experiencia poética.

Convenció de esta novedad también a sus amigos Garcilaso de la Vega y don Diego Hurtado de Mendoza y escribió el manifiesto de la nueva estética italianizante del Renacimiento en una epístola nuncupatoria dirigida "A la duquesa de Soma" que puso como prólogo a uno de sus volúmenes de poesías. Otros caballeros, sin embargo, tenían un concepto más nacionalista del Renacimiento, como por ejemplo Cristóbal de Castillejo, e hicieron ver amablemente su disconformidad en sátiras contra el nuevo estilo. La novedad del endecasílabo, sin embargo, arraigó al lado del octosílabo como el verso más usado en la lírica española y desde entonces el dodecasílabo, con un ritmo machacón y menos flexible que el del endecasílabo, fue arrinconado y preterido en favor del endecasílabo cuando había que tratar temas importantes. La poesía castellana quedó así enriquecida con nuevos versos, estrofas, temas, tonos y recursos expresivos.

El poema Hero y Leandro de Boscán es el primero que trata de temas legendarios y mitológicos clásicos. Por otra parte, su Epistola a Mendoza introduce en España el modelo de la epístola moral como un género poético imitado de Horacio, donde se expone el ideal del sabio estoico con su prudente moderación y equilibrio.

Estudios modernos han desterrado la idea infundada de la dureza y sequedad de sus versos con el pretexto de que no era un hablante nativo de castellano. Fuera de un amplio cancionero petrarquista, Boscán demostró su dominio del castellano traduciendo además Il libro del cortegiano (1528) del humanista italiano Baldassare Castiglione con el título de El Cortesano (1534) en una modélica prosa renacentista esmaltada de germinaciones ciceronianas. Además, preparó la edición de las obras de su amigo Garcilaso de la Vega junto a las suyas, si bien murió antes de poder culminar el proyecto, por lo que su viuda imprimió la obra en 1543 en el taller de Carles Amorós, en Barcelona, con el título Las obras de Boscán con algunas de Garcilaso de la Vega

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