Proverbios y Cantares - de "Campos de Castilla"
I Nunca perseguí la gloria |
II ¿Para qué llamar caminos III A quien nos justifica nuestra desconfianza IV Nuestras horas son minutos V Ni vale nada el fruto VI De lo que llaman los hombres VII Yo he visto garras fieras en las pulidas manos; VIII En preguntar lo que sabes IX El hombre, a quien el hambre de la rapiña acucia, X La envidia de la virtud XI La mano del piadoso nos quita siempre honor; |
XII ¡Ojos que a luz se abrieron XIII Es el mejor de los buenos XIV Virtud es la alegría que alivia el corazón XV Cantad conmigo en coro: Saber, nada sabemos, XVI El hombre es por natura la bestia paradójica, XVII El hombre sólo es rico en hipocresía. XVIII ¡Ah, cuando yo era niño XIX El casca-nueces-vacías, XX ¡Teresa, alma de fuego, XXI Ayer soñé que veía |
XXII Cosas de hombres y mujeres, XXIII No extrañéis, dulces amigos, XXIV De diez cabezas, nueve XXV Las abejas de las flores XXVI Poned sobre los campos XXVII ¿Dónde está la utilidad XXVIII Todo hombre tiene dos XXIX Caminante, son tus huellas XXX El que espera desespera, La verdad es lo que es, XXXI Corazón, ayer sonoro, |
XXXII ¡Oh fe del meditabundo! XXXIII Soñé a Dios como una fragua XXIV Yo amo a jesús, que nos dijo XXXV Hay dos modos de conciencia: XXXVI Fe empirista. Ni somos ni seremos. XXXVII ¿Dices que nada se crea? XXXVIII ¿Dices que nada se crea? XXIX Dicen que el ave divinatrocada en pobre gallina, por obra de las tijeras de aquel sabio profesor (fue Kant un esquilador de las aves altaneras; toda su filosofia, un sport de cetrería), dicen que quiere saltar las tapias del corralón, y volar otra vez, hacia Platón. ¡Hurra! ¡Sea! ¡Feliz será quien lo vea! |
XL Sí, cada uno y todos sobre la tierra iguales: XLI Bueno es saber que los vasos XLII ¿Dices que nada se pierde? XLIII Dices que nada se pierde, XLIV Todo pasa y todo queda; XLV Morir.. ¿Caer como gota XLVI Anoche soné que oía XLVII Cuatro cosas tiene el hombre |
XLVIII Mirando mi calavera XLIX Ya noto, al paso que me torno viejo, L -Nuestro español bosteza. LI Luz del alma, luz divina, LII Discutiendo están dos mozos LIII Ya hay un español que quierevivir y a vivir empieza, entre una España que muere y otra España que bosteza. Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón. |
Antonio Machado - Poemario
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Biografía de Antonio Machado