Pío Baroja: El escritor y su obra

I. Baroja escritor

La palabra que define a Baroja tanto como escritor como persona es sencillez.

Pio Baroja y Nessi nació en San Sebastián el 23-XII-1872. Durante su niñez y adolescencia hubo de cambiar con frecuencia de residencia. Estudio medicina. Ejerció como medico rural en Cestona (Guipúzcoa). Aproximadamente al año se vuelve a Madrid aprovechando la situación familiar.

Se inicia como escritor en el periodismo. Colabora en El Pals y El Globo y en las revistas jóvenes más representativas, como Germinal, Vida Nueva, Alma Española y Revista Nueva.

En 1899 visitó por primera vez Paris, ciudad que le atrajo mucho y que visitó repetidas veces. Es un hombre que viajó mucho. Recorrió el Pals Vasco y Castilla sobre todo. Podemos afirmar que cada descripción o ambiente de las novelas de Baroja hansido conocidos previamente por el. También viajó a los Países Bajos, Dinamarca, Suiza, Italia y Londres. Su primer libro, Vidas sombrías, lo publicó en 1900 aunque pasó prácticamente desapercibido. Su primer éxito notable lo cosecha con Camino de perfección en 1902. Su vida es la de un típico burgués. Entra en la Real Academia Española y lee su discurso de entrada el 12-V-1935. Al estallar la guerra huye al extranjero, ero vuelve en 1937. Muere el 3O-X-1956.

Se le ha considerado mucho tiempo un hombre de ideas avanzadas, anarquista y revolucionario. Pero podemos decir que Baroja es anarquizante, pero siguiendo la fórmula "anarquista aristocrático". Es un descontento sin salida. No tiene fe en los partidos políticos, ni en los hombres de partidos. Tampoco tiene fe en el hombre. Baroja niega el amor. Esto es debido, según Madariaga, a que "como se preocupa más de pensar lo que siente que de sentirlo, la poesía en él nace muerta”. Es un sentimental sin amor.

La falta de amor en la literatura barojiana está fatalmente impuesta por una de sus principales virtudes: la sinceridad y su falta de comprensión para crueldad y desarmonía de la vida. Baroja no ve el amor en la vida y, como ponerlo sin verlo le parece hipocresía, lo niega.

Pero, como dice Madariaga, lo que inquieta a Baroja es el sufrimiento, no el pecado. En un mundo amoral no hay más ley que la fuerza. Por lo tanto se impone un pesimismo radical, seguido de un  cinismo agresivo. Baroja es pesimista. Es el hombre fundamentalmente agnóstico.

En cuanto al estilo de Baroja cabe destacar que gran parte de la crítica ha destacado su estilo descuidado y desaliñado. Así Madariaga ha dicho que son meras ristras de hechos apuntados en frases cortas.

Salverría dice que abunda un lenguaje grotesco y de mal gusto. SI primero en enjuiciar bien y reaccionar frente a esta tendencia fue Azorln. Sostiene que su estilo tiene una fluidez extraordinaria, con claridad y precisión. Llega a decir que el estilo de Baroja puede ponerse a la misma altura que el estilo de Cervantes en el Quijote.

La fuerza del estilo de Baroja consiste en el contacto con lo concreto. La sencillez barojiana surge como una manifestación honda de su personalidad. Es su forma de escribir. Pero la sencillez y la facilidad lo son aparentemente. Acompañadas por la precisión son cualidades logradas por el esfuerzo de una conciencia tensa y exigente.

Esta sencillez es también amena. Algunas veces cae en lo gramaticalmente incorrecto, debido a que por afán de exactitud sigue en prosa la vacilación del pensamiento. Esta incorrección se ha pensado que pudiera deberse a su origen vasco.

Podemos decir que Baroja es un novelista instintivo. Como escritor dice Torrente Ballester que su estilo consiste en situar unos personajes inventados en un ambiente conocido, asimilado por la sensibilidad del autor. El personaje actúa y finalmente cae en la inacción por razones sentimentales. El personaje inventado opina Eugenio de Nora que es un alter ego de Baroja y que caen en la inacción por razones objetivas: El personaje es un tipo inadaptado, en lucha contra el medio ambiente, que acaba frustrado antes que vencido.

Aparte del estilo, el ambiente y el ritmo sirven de nexos de unidad. Baroja es un realista, pero tan sólo es realista en tanto que capta lo que es esencial para él, que no tiene por que ser lo característico objetivamente. Dentro de cada ambiente capta lo dinámico, lo que se mueve. Es un ritmo duro, inflexible y a la vez encantador. Predomina la narración de sucesos. Sus diálogos son muy vivos, intensos y rápidos.

II. La obra de Pío Baroja

Como autor es muy prolífico. Sus obras son muy difíciles de clasificar y proponer cualquier clasificación es arriesgado por subjetivo, para poder ser válido en el caso de Baroja. Sí se pueden destacar en la obra de Baroja dos momentos:

  • uno primero, en el que se centraría toda la fuerza creadora de Baroja
  • otro segundo, la novedad testificante de un verdadero mundo de ficción.

A la primera época pertenecerían las verdaderas obras fundamentales del autor. Las obras de esta época son la encarnacion novelística de su crisis nihilista de aquel momento histórico. Presenta casi siempre la disolución lenta de una voluntad que pierde los estímulos y la orientación para obrar, para vivir. Los personajes después de un dramático y fugaz destello de energía desembocan tras el fracaso en un vació total. A partir de 1913 se completa la revelación del mundo novelesco de Baroja. Reitera con brillantez su peculiar visión del mundo.

i. La lucha por la vida - La Busca

La etapa creadora de Baroja se puede situar entre los años 1900-1912, etapa a la que pertenece la trilogía La lucha por la vida. Es la más unitaria y compacta de sus primeras trilogías. La unidad viene dada por el tema - los ambientes comunes a los trabajadores y a los vagos y la fluctuación entre ambos mundos. Esta unidad es secundada por el estilo de simple anotación. El personaje central es a través de toda la trilogía Manuel Alcázar.

En La Busca se nos presenta el ambiente de la casa de huéspedes de Dª Casiana, la zapatería del Sr. Ignacio, el corralón del tío Rilo, la taberna de la Blasa, la taberna del tío Patos ,la cueva del cojo y la trapería del Sr. Custodio.

Se trata de la más densa y representativa de las tres novelas. Es también la más deshilvanada y amorfa, una sucesión de cuadros. Nos cala la dureza de la vida. Es un mundo donde la violenta pasión por Milagros le lleva a Leandro a suicidarse, después de haberla matado.

La novela esta compuesta de minuciosas y fragmentarias observaciones acerca de la vida. Domina una impresión informe de hormigueante e infrahumana promiscuidad.

El momento culminante y simbólico es al cerrar la novela, cuando se cruzan dos mundos que jamás se encuentran: el mundo de los juerguistas y noctámbulos y el de los trabajadores. Es el momento en que vemos cómo Manuel se decide por vivir a la luz trabajando.

La visión de los barrios bajos de Madrid es desoladora y muy pesimista. La técnica es impresionista mediante pequeños detalles.

ii. La raza - El árbol de la ciencia

A otra trilogía también de este periodo la denomina La raza. Es difícil encontrar la conexión entre estas novelas. Tan sólo alguno que otro perso­naje que aparece en las tres. La última novela de esta serie es El árbol de la ciencia.

El árbol de la ciencia es una de las mejores y más representativas novelas de Pío Baroja. Resume muy bien el espíritu del autor. El contenido del libro es sobre todo una confesión de Baroja. Es la evolución típica de un estudiante inteligente, pero que es un inadaptado. Va de las aulas al suicidio. Su tragedia es querer ser verídico consigo mismo y con los demás.

Desde las primeras líneas Andrés Hurtado se define como republicano antiburgués, materialista en la concepción del mundo y entusiasta de Espronceda. Casi todas las circunstancias en las que transcurre su vida le son adversas. Su vida familiar no es demasiado feliz. Se lleva mal con su padre, que es un despótico señorito. Por el único que siente verdadero aprecio es por su hermano pequeño y por su tío Iturrioz.    

Al comenzar la carrera de medicina no es demasiado esperanzadora su pri­mera clase, dejando patente cómo se hallaba la ciencia en general en Es­paña y los aires de sabio que se daban ciertos profesores sin demasiadas nociones. Cuando acaba la carrera es destinado a un pueblo típico español con las costumbres españolas, es decir costumbres dominadas por la inacción y la rutina. Cada vez se va disgregando más su voluntad. Un último intento de salvación es su boda con Lulú, por quien en un prin­cipio tan sólo sentía amistad, que con el tiempo había desembocado en amor.

Andrés se renueva y Lulú es feliz. Parece que ya han desaparecido todos los problemas, cuando ella se empeña en tener un hijo. Él por darle gus­to le complace, aunque está convencido de que será su perdición. Efecti­vamente el niño muere y ella también. Él no pudiendo soportar más esta vida se suicida.

Nos cabe plantearnos la pregunta: ¿Una vida inútil? La respuesta la tenemos en el tío de Andrés "Había en él algo de precursor".